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domingo, 6 de diciembre de 2015

Las conductas de "machito" perjudican seriamente la salud.

Así reza el encabezamiento del artículo publicado el 6 de diciembre de 2015 en Diario Sur, firmado por Ana Pérez-Bryan, y que comienza así: "Ellos tienen ocho veces más opciones de morir ahogados, o tres más de tener un accidente" Según un estudio avalado por Angélica Cuenca, psicóloga, sexóloga y experta en violencia de género, además de jefa del negociado de Violencia de Género del Ayuntamiento de Málaga.
Cuando un estudio viene avalado por “una experta en Violencia de género” me suscita de antemano cierta desconfianza, –pronto en España esta declaración será tipificada como delito punible- desconfío sencillamente porque la inmensa mayoría de estudios de este tipo publicados por expertas están invariablemente orientados en demostrar la inferioridad del género masculino en comparación con el femenino. Los hombres lo hacen todo mal, todo comportamiento procedente de los hombres es negativo. Y por otra parte, si una mujer hace algo mal en realidad es por culpa del hombre, pues él es su inductor, el origen auténtico del mal. En prácticamente todos los estudios sobre Violencia de Género la experta de turno expone invariablemente las mismas circunstancias llegando a esas mismas conclusiones.
Lo imparcial en cualquier estudio debiera consistir en la exposición, sobre determinados hechos, de lo negativo y de lo positivo de las partes analizadas. En este tipo de estudios se habla sobre el comportamiento de hombres y mujeres. Mejor dicho, un estudio encabezado con “…de violencia de género” está condenando de antemano el comportamiento masculino. No se reconocerá sobre él ningún indicio de positividad. Por el contrario si se hará sobre la mujer.
El ejemplo claro está aquí... según el artículo: "Las conductas de riesgo también tienen género: «Si él bebe, puede terminar en pelea. Si lo hace ella, en violación», advierte la especialista.
Como se suele decir vulgarmente, más claro, agua. Si los hombres beben ejercen su papel de violentos. Y si las mujeres beben, los hombres ejercen su papel de violadores.
En cierta parte del artículo, Pérez-Bryan sentencia: “De hecho, su tesis es aplicable a la «masculinidad en general», cómo no, no me sorprende que llegue a esta conclusión; después de hablar también sobre el uso de drogas, donde por supuesto ellas controlan sus dosis y ellos consumen si control alguno.
Para mi claramente se trata de aseveraciones tendenciosas. Da la impresión de que todos los hombres cuando se emborrachan se pelean, y que todas las mujeres cuando están ebrias son violadas. Según asegura, los hombres piensan que: “vagina borracha no tiene dueño”.
Desde luego, tanto la articulista como la experta, sólo expone el lado negativo del comportamiento masculino, pero en ningún momento hace mención de las estadísticas que aseguran que cada vez un mayor número de mujeres consumen alcohol y que cada vez lo hacen en mayor proporción. Que el alcoholismo por tanto aumenta en las mujeres frente una disminución en los hombres. Que las mujeres cada vez fuman más y consumen más drogas frente al retraimiento del consumo de los hombres.
Llegados a este punto, y conociendo "el percal" sobre cómo se las gastan las feministas radicales atentas a cualquier fallo del lenguaje para atacar... tengo que aclarar que con esta muestra de estadística negativa sobre las mujeres, desde luego no pretendo ni por asomo justificar ese repugnante y salvaje delito de ciertos hombres que no merecen esta denominación. Hago referencia a la violación. Pero digo ciertos hombres… no todos. A no ser que ese feminismo que profesa Angélica Cuesta asegure también que cualquier penetración, aún consentida, de hecho es una violación. Barbaridades como éstas he llegado a leer de afamadas y admiradas feministas.
¿Por qué se obvia este tipo de estadísticas en los estudios expertos sobre Violencia de Género? Sistemáticamente. Como he dicho, se hace por simple tendenciosidad: hay que demostrar que los hombres (todos) son malos y negativos, y que las mujeres (todas) son sus víctimas inocentes.
Y prosigue la experta Angélica Cuesta…
“…el hecho de que al hombre se le asignen conductas deseables como tener poder, ser competitivo, valiente, arriesgado o fuerte –el «no hay huevos»– los exponen a mayores peligros, desde accidentes a enfermedades. Los datos lo confirman: ellos tienen tres veces más riesgo de tener accidentes de tráfico, ocho veces más de morir ahogados, entre tres y seis veces más de suicidio o cuatro veces más de padecer cánceres específicos."
Sin embargo el feminismo aboga y se desvive porque la mujer adopte este rol que tanto reprocháis en los hombres: la mujer actual debe ser competitiva, valiente, arriesgada y fuerte. De hecho reclaman y aseguran que lo es, y además mucho más que el hombre. Pero en el hombre este comportamiento aseguran que resulta ser peligroso y negativo. ¿En la mujer no?. No son pocas las veces que las mujeres se retan entre sí con un: “no hay ovarios” o resulta aún más patético cuando se dicen entre ellas: “no hay huevos ..” por razones obvias.
Cuenca sigue ilustrando con ejemplos: «Ellos están menos concienciados con el cáncer de próstata en relación a la prevención que tienen las mujeres en los tumores de mama.” Y yo me pregunto, ¿Cuántas campañas masivas se han realizado en ambos casos? ¿Es que acaso no se toma conciencia sobre un problema si éste no es expuesto a la sociedad por los medios de comunicación masivos de forma reitera como se ha hecho muy acertadamente con la prevención del cáncer de mamas? Comprobamos que, Angélica Cuenca, como buena experta en Violencia de Género achaca esta carencia en el hombre por su falta de interés sobre sí mismo, por la inconsciencia propia de la naturaleza masculina, de ningún modo porque sobre este respecto no se realizan campañas masivas alguna en los medios.
No digo que no sea cierto que las conductas propias del género masculino, ya tengan un origen natural o cultural, puedan llegar a ser negativas poniendo en riesgo la salud, incluso la vida de ellos. Lo que si digo es que este comportamiento es cada vez más imitado por la mujer, y precisamente alentado por el feminismo que se afana en eliminar este patrón en los hombres para que sea adoptado por las mujeres como muestra de poder y superioridad.
Y concluye el artículo… “Ellas, sin embargo, asumen el rol de la protección, de estar disponible, de ser cariñosa, mediadora y comprensiva o de tener un papel pasivo. Y esos clichés –«por desgracia», lamenta Cuenca– no han cambiado con el paso del tiempo.” ¿Es esto en realidad una desgracia? Entonces puedo afirmar que el feminismo trabaja denodadamente para que los hombres padezcan pues esta “desgracia”: el feminismo quiere hombres disponibles, cariñosos, protectores, mediadores y comprensivos, y como no, tener frente a la mujer un papel pasivo. ¿Por qué es una desgracia en la mujer y si se convierten en buenas características para el hombre? Parece ser que si se invierten los roles de siempre, con todas sus características negativas y positivas incluidas, repito, si son invertidos se convierte en algo positivo. No pretenden, como sería lógico y deseable, eliminar lo negativo y promocionar lo positivo en ambos sexos, tan solo desean que la mujer adopte un rol de preponderancia sobre los hombres, con todas sus consecuencias, negativas y positivas. Desde luego no están para atender a los hombres, sólo para sobrevalorar a las mujeres a costa de ellos.
Y todo esto viene a colación por cómo ha llamado mi atención el encabezamiento del artículo de Ana Pérez-Bryan: “Las conductas de ‘machito’ perjudican seriamente la salud” Y es que como ya digo todo tiene sus pro y sus contras. Todo puede ser susceptible de ser extraído su lado negativo y otro positivo. Si como ya dije, sí es cierto que algunos comportamientos masculinos acarrean riesgo, igualmente es cierto que este comportamiento irresponsable está siendo imitado por el sector femenino, y cada vez más con el apoyo contradictorio de un feminismo cada vez más radicalizado, donde es incapaz de ver algo positivo en los hombres.
¿Entonces, según yo, qué puede tener de positivo este comportamiento aparentemente suicida en los hombres? Yo preguntaría mejor, ¿Qué ha supuesto de positivo esta naturaleza intempestiva en los hombres hasta ahora? Pues supongo que gracias a ella los hombres se han arriesgado poniendo en peligro sus vidas conquistando nuevos avances para la sociedad, el vuelo, la navegación, el descubrimiento de nuevas rutas comerciales, el encuentro con otras culturas, la conquista del espacio -esta vez por fin junto con la mujer-, las nuevas teorías científicas, las revoluciones sociales, sus ansias de ir más allá, de superar los límites establecidos, y cientos y cientos de conquistas: Citius, altius,fortius, que sin ese carácter innovador, arriesgado y sacrificado de los hombres no se pudieran haber conseguido, tornándose todo en avances positivos para el conjunto de la sociedad.
Como se puede comprobar todo tiene sus pros y sus contras. No debe juzgarse sólo en negativo por el simple hecho de tratarse de hombres.

martes, 1 de diciembre de 2015

Nueva serie en Nova

Alimentando la tendencia extremista hacia los hombres.